José Félix Díaz Bermúdez
Con sentido de democracia avanzada en la cual los pueblos deciden de manera diversa sus nuevos caminos políticos el pueblo alemán, uno de los más importantes del mundo, puntero de Europa, ha decidido la elección de un nuevo Canciller y Parlamento.
No obstante el hecho de la buena gestión reconocida nacional e internacionalmente de la actual Canciller Angela Merkel, luego de 16 años en el poder y con el aval de logros resaltantes que sitúan a su país en los primeros lugares de progreso y bienestar, capaz de superar y enfrentar crisis económicas y sociales de magnitud como la actual pandemia del Covid 19 sin que sus proyecciones nacionales sean negativas, se han orientado mayoritariamente a favor de un cambio político que se define a favor del partido socialdemócrata, SPD, que encabezó el candidato Olaf Scholz.
Esta elección supone diversas consecuencias no obstante la influencia y el prestigio de la actual Canciller y la significación de su partido CDU, ya que los votantes se pronunciaron no a favor de un candidato carismático pero sí eficiente en el manejo de las políticas financieras en su condición de Ministro.
Siendo Alemania un país de primer mundo, Scholz tiene el programa de modernizarlo, de desarrollar políticas a favor del medio ambiente y afianzar su crecimiento económico. Es un técnico de alto nivel, con experiencia de gobierno y de orientación conservadora.
Otro elemento importante en los resultados, es el avance del partido verde representado por Annalena Baerbock, el cual se sitúa en el 3er lugar. Propone el cambio climático y la reconversión industrial como eje de un próximo gobierno.
Por su parte, el nuevo Canciller, se orienta a favor de esta propuesta pero sin perjudicar la evolución y el equilibrio de la economía y que el país pierda competitividad.
En cuanto al fortalecimiento de la Unión Europea y de la recuperación general luego de la pandemia, Olaf Scholz se compromete a mantener y desarrollar tales políticas.
En materia internacional, sostendrá el diálogo con China y con Rusia pero afianzado en principios esenciales. Desarrollará igualmente la buena relación y alianza con los EE.UU pero procurando una Europa más independiente y más influyente en los intereses geopolíticos en su área vital.
Con estas orientaciones y la necesidad de conformar un nuevo gobierno, el triunfador en las elecciones ha hecho un inmediato llamado a la unidad nacional, a la realización de negociaciones para la conformación de una coalición que asegure la continuidad de las mejores políticas, favorezcan la estabilidad en Europa y apuntale el creciente liderazgo alemán en el ámbito mundial.
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