Un sitio verdaderamente extraordinario donde la historia, el arte, la tradición se confunden y nos muestra en toda su incomparable belleza, el valor de la creación humana en esta región de España, es el Museo de la Seda de Valencia.
Es un sitio singular donde se encuentra reunida parte de la creación artística de lo que fue el Colegio de Arte Mayor de Seda en Valencia, establecimiento surgido en el último tercio del siglo XV, y que recogió la obra, herencia y magnificencia no solamente de los artesanos venecianos que crearon el llamado «Gremi de Velluters», sino también las formas, trabajos y estilos que los musulmanes habían ya desarrollado en España surgiendo así una elaboración única y particular de trabajos en seda que no solamente alcanzó extraordinario renombre en España, sino en Europa e inclusive en América entonces denominada las Indias donde se comercializaron.
Este lugar reúne una selección de artefactos, materiales, telas y diseños realmente singulares de distintos siglos, así como todo lo que es el proceso de elaboración de la seda, en muchos caso terciopelo, en el que se aprecian influencias islámicas y almohades.
En sus salas hemos encontrado no solamente la historia detallada de la fundación del Colegio y evolución de este gremio en la ciudad, sino también piezas únicas que recuerdan la calidad de los trabajos que una vez hicieron más de 2.000 «velluters» durante mediados del siglo XV y en épocas posteriores.
Se recrea en sus salas, por ejemplo, el proceso de metamorfosis de los gusanos de seda; la formación de los filamentos y los capullos; la separación y obtención de los mismos, el surgimiento de las mariposas.
De la misma manera, sorprende como en tiempos en los cuales no se conocía el concepto de «sostenibilidad», se utilizaban y obtenían tintes naturales, en los cuales fueron muy diestros los judíos y lograban componer del índigo, la cúrcuma, la orchila y el azafrán, colores como el negro, rojo carmesí, violeta, azul, entre otros, que aún en las piezas existentes en el museo conservan toda su belleza.
Otro dato curioso es que como resultado del descubrimiento de América y la extraordinaria riqueza vegetal y natural del Nuevo Mundo, el mismo aportó con sus plantas y semillas al diseño de los tintes para las sedas, tonalidades especiales no logradas en Europa.
Por otra parte, observamos los detalles del propio edificio y de las restauraciones realizadas, los azulejos, los pisos, los techos, los documentos de alto valor histórico que se encuentran en su archivo, todo lo cual da abundante noticia del desarrollo que esa industria alcanzó en Valencia, ciudad y región que formaba parte de la conocida «ruta de la seda».
La seda, entonces, no solamente significó una elaboración artística sobresaliente a lo largo de los siglos sino también constituyó un importante impulso a la economía, el comercio, las costumbres, la arquitectura y el buen gusto entre los pobladores.
Por último, una obra de gran importancia en materia de cerámica se encuentra en el piso denominado como «Salón de la Fama» en el cual se observa un piso extraordinario y que es uno de sus objetos artísticos principales del lugar.
El edificio perfectamente conservado y demuestra como la industria de la seda trascendió en la vida valenciana y española en esa época y que aún nos deslumbra.
Fue pues una grata experiencia en compañía de la destacada diputada venezolana Dinorah Figuera, que News Forum comparte con el público, agradeciendo al departamento de comunicación del museo el privilegio de haber permitido comentarlo y documentarlo para todos ustedes.
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Excelente artículo, no he tenido la oportunidad de visitar el museo pero leyéndolo me llevo a su recorrido, convirtiéndose en una visita agendada en Valencia.