Propuesta para Venezuela y para el Mundo

José Félix Díaz Bermúdez

En estas horas complejas, delicadas, angustiosas en las cuales se pone de manifiesto el descontento de sectores populares por los resultados electorales presidenciales anunciados en la noche de ayer 28 de Julio por el Consejo Nacional Electoral, en los cuales se ha se declaró el triunfo a Nicolás Maduro, por un lado, y por el otro, la supuesta derrota del candidato opositor Edmundo González Urrutia, se hace necesario en Venezuela un acto de contención, responsabilidad, ponderación, respeto y protección los derechos ciudadanos que son esenciales en cualquier sociedad que se califique como democrática y sin los cuales nos encontraríamos en escenarios inadmisibles e inconvenientes para todos.

Contención, ponderación, respeto, responsabilidad se hace necesario para evitar mayores males a un país que, de hecho,  se encuentra en una grave crisis de subsistencia, bienestar, entendimiento y unidad, en virtud de la ruptura y la división que se pronuncia nuevamente luego de años de beligerancia política, división y separación de la familia venezolana por diversas razones.

Contención para evitar que la violencia política se desarrolle y así un conflicto de altas proporciones; ponderación para entender las necesidades de una sociedad que se ha pronunciado mayoritariamente como nunca en su historia democrática; respeto y responsabilidad para reconocer los derechos humanos, y entre ellos los políticos; para escuchar la posición contraria; para resolver pacíficamente las diferencias que surgen con relación a este proceso electoral y a cualquier otro tema sustancial de la vida venezolana.

Un aspecto fundamental y que hoy plantea mayoritariamente la comunidad internacional con la cual tenemos estrechos vínculos es: la revisión objetiva de los resultados electorales; el procesamiento de las denuncias; el conteo imparcial acta por acta; el reconocimiento de la necesidad de transparencia y de las garantías que todas las partes merecen; el efectivo reconocimiento del candidato ganador y, prioritariamente, el absoluto respeto a la integridad física del pueblo que no puede: ni debe ser objeto de violencia en su contra, y que tiene el derecho de expresar su opinión pacíficamente y sin que se vea vulnerado ni individual ni colectivamente.

La oposición ha declarado en Venezuela que posee el 73% de las actas y que las mismas arrojan una gran mayoría de votos a favor del candidato Edmundo González Urrutia, asunto que debe ser establecido y reconocido nacional e internacionalmente con absoluta transparencia, surtiendo todos los efectos políticos correspondientes.

De la misma manera, resulta inadmisible el surgimiento en el actual o en cualquiera de los procesos políticos de actos de violencia política; actuaciones arbitrarias; desconocimiento del rol de la dirigencia y los partidos; el impedimento para el desarrollo de procedimientos y ser escuchado y atendido por las instituciones del Estado encargadas de asuntos que son materia de sus competencias.

En tal sentido, se hace necesario lo siguiente para Venezuela:

      1. Establecer mecanismos de diálogo serio y responsable impulsado por organismos internacionales con el objetivo de garantizar los derechos humanos de la población, en particular, el derecho a la vida, a la opinión, a la participación política en condiciones de equidad y la libertad de actuación y protesta pacífica.
      2. Propiciar un proceso de negociación entre las partes en disputa para garantizar los derechos de los grupos políticos y su reconocimiento, tal y como lo dispone la Constitución vigente y los tratados internacionales en la materia.
      3. Establecer un acuerdo de amnistía política, la liberación de detenidos y el sobreseimiento de causas.
      4. El compromiso de examinar y reconocer objetivamente los resultados electorales del 28 J, aspecto fundamental por todo lo que implica para Venezuela y para la región.
      5. Respetar la integridad y la actuación política de dirigentes de cada una de las partes.
      6. Qué las Naciones Unidas, por ejemplo, junto a un grupo escogido de países, dirija este proceso de entendimiento nacional con una agenda clara, tiempos específicos y resultados concretos, a fin de solventar la delicada situación política de Venezuela surgida como consecuencia de los sucesos ocurridos en la presente elección presidencial.
      7. Venezuela no puede quedar al margen de la comunidad internacional, y menos aún ejercer contra su población actos que violenten los derechos humanos civiles y políticos, y que constituyan cualquier clase de delito y, en especial, los que significan atentados de Lesa Humanidad. El mundo tiene la responsabilidad de promover y asegurar la democracia en Venezuela, entre otras razones, por la condición estratégica del país en materias esenciales que comprometen no solamente nuestra estabilidad como Nación sino también la estabilidad de los vecinos y de la propia región.

    La democracia es un derecho esencial como bien lo dispone el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. «El derecho a la democracia -expresa Manuel Rodríguez Cuadros- es un derecho de finalidad y, al mismo tiempo, un derecho subjetivo, individual, exigible al estado. Es de finalidad en el sentido que se proclama la democracia como un valor de interés universal». Tal es su irrenunciable  y fundamental carácter.

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