José Félix Díaz Bermúdez
Hoy, 07 de diciembre de 2024, a las 19:09 horas de Paris, sonaron nuevamente las campanas de la Catedral de Notre-Dame de Paris. En ella se reúne desde hace siglos la historia y la elevación de la religión católica bajo el nombre sagrado de María.
Esta Catedral extraordinaria se comenzó a edificar entre los años 1163 y 1255 y fue reconstruida entre 1240 a 1300. Igualmente, fue objeto de cambios y mutilaciones entre los siglos XVII y XVIII. Una primera restauración ocurrió en el año 1845, la cual fue realizada por Lassus, Viollet-le Duc y Boeswillwald.
Una fachada de tres pisos; una inmensa galería plena de estatuas; una gran rosa en su frente; una hermosa galería, torres impresionantes y una flecha artísticamente insuperable, la componen. Tres puertas y una hilera de simbólica estatuas que pueblan la entrada e invitan al recogimiento. En ella, entre otras, siempre han estado la estatua de Cristo , de la Virgen, de San Marcel y de otros santos. En ella se evidencia no solamente la significación cristiana sino también la relevancia artística.
El arte y la fe están unidas en armonía singular. La obra escultórica de la Virgen fue realizada por Geoffroy Dechaume. Contiene también estatuas de Adán y Eva que fueron realizadas por Chenillon. La flecha que el mundo estupefacto vio caer aquel 15 de abril del 2019, fue realizada por Viollet-leDuc. Obra de 96 metros de altura y levantada hacia los cielos, estaba rodeada de imágenes de los apóstoles. Todo en Notre-Dame es magnificencia y esplendor. El arte hecho religión; la belleza hecha piedad, todo en homenaje a María santísima.
Para quienes recorrimos el antiguo e histórico monumento, es una de las catedrales más imponentes y simbólicas de Europa y del mundo en la cual se produjeron innumerables hechos históricos, tales como la coronación imperial de Napoleón Bonaparte en diciembre de 1804. Ella existen importantes reliquias como la Corona de Espinas de nuestro señor que fue llevada por San Luis. Este santo fue Rey de Francia bajo el nombre de Luis IX y adquirió la corona a Beaudouin II, quien fue emperador latino de Bizancio en el año 1239. Aprecié en la visita que realicé una vez esa admirable reliquia durante una semana santa cargada de especial solemnidad.
Expresiones de particular significado hizo en el acto el Arzobispo de Paris, Laurent Ulrich: «Es ella que nos acompaña…», refiriéndose a la Virgen . «Modelo de la fe, abre las puertas…para buscar el amor, la verdad y la paz«. «Notre-Dame es testimonio de esperanza…,que nos muestra la victoria de la resurrección«, señalaba mientras tocaba las puertas exteriores otra vez y cuyo sonido retumbaba en todos los espacios.
Inmediatamente, entró al reciento el presidente de Francia y su esposa quienes fueron recibidos junto al Arzobispo de París. En la misma, en ese instante se elevan cánticos a la virgen María a quien se dedica la extraordinaria Catedral. Al fondo, en el altar mayor y en el centro, se observaba la nueva cruz recuperada y la imagen rescatada de María y su hijo. Igualmente, se encuentra la estatua de la Virgen que fue llevada en procesión por las calles de París hasta el sagrado templo. Entre los significativos mensajes del prelado resalta uno en particular: «Seamos cristianos o no la Virgen María nos protege, nos abraza a todos por todos los siglos«.
El arte de destaca en todo su esplendor al servicio de la fe. «La Piedad«, la piedad francesa que se encontraba imperturbable en el altar mayor inspira nuevamente a los hombres de todas partes. De la misma manera, las bóvedas y los vitrales renovados destacan maravillosamente. Sí antes Notre-Dame era una hermosa Catedral, cargada de siglos en todos sus espacios, en su luz, en sus paredes, en sus estatuas, esculturas y cuadros, hoy se ha renovado y representa para Francia y el mundo un nuevo amanecer.
Durante el acto se recordaron los destrozos, los muros de piedra que se conservaron quedando el cielo abierto únicamente. A partir de ellos se edificó el nuevo templo a imagen del anterior.
Si algo simbolizó dramáticamente la destrucción de Notre-Dame fue el derrumbe de la impresionante aguja que apuntaba a los cielos y que fue consumida por las llamas.
El acto ha sido extraordinario. La presencia de numerosos jefes de Estado, entre ellos el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, los reyes de diversas monarquías europeas y presidentes de distintos países fue masiva.»De la oscuridad se ha pasado a la luz» expresó con acierto uno de sus restauradores.
Un prologado aplauso recibió a los bomberos que valerosamente entraron al edificio en medio de las llamas para salvaguardar las reliquias, y en especial, la corona de espinas de Cristo.
El azul renovado de sus vitrales nos hacen recordar al cielo más allá. Una pieza clásica musical fue especialmente representativa y transmitió la fuerza del levantamiento de los espacios, las capillas, las columnas, las paredes y los techos. Nuevas estrellas fueron pintadas, nuevos cielos también quedan expuestos. Las imágenes de los santos renacieron. Se recató la obra de los siglos. La grandeza de esta casa de la Virgen María ha adquirido en Paris una nueva dimensión.
El presidente Macron agradeció a todos los que contribuyeron a salvar la Catedral a nombre de la Nación francesa. «Musica de esperanza» «…las campanas de ND suenan de nuevo«, «y todo ello por San Luis y la corona de espinas; por Napoleón coronándose; por Víctor Hugo y Guasimodo…, por todos se renueva la esperanza«; «por la resistencia de París y por la liberación con el general De Gaulle» ,expresó el presidente.
«La voluntad y la esperanza levantó nuevamente a Notre Dame de Paris«. «Se renovó la solidaridad y la fraternidad… Hombres de todas los oficios, voluntarios, electricistas, carpinteros, artesanos de la piedra, escultores, restauradores, ingenieros, historiadores, arquitectos, entre muchos otros, más de 2000 en cinco años han rescatado la catedral«. La flecha está ahora idéntica. «Cada hombre fue necesario para rescatarla«. «Hemos descubierto lo que una gran nación puede hacer«, señaló el presidente. Se evidenció la: «Fraternidad de un gran pueblo y universal«. La reconstrucción: «Fue posible por la voluntad de cada uno y de todos«. Ello: «Nos revela a nosotros mismos frente a la adversidad«. Francia presenta: «Al mundo Catedral embellecida«; «la grandeza de esta Catedral es inseparable al trabajo de todos«.