Si queremos cambiar las cosas, debemos tener un método para lograrlo, además de contar con la solidaridad de un grupo comprometido para conseguir los objetivos propuestos (económicos, políticos o sociales). Adicionalmente, mientras mayor sea la cohesión social del grupo será más probable alcanzar consensos que allanen el camino hacia la necesaria transformación de las estructuras sociales. Algo que pareciera extraordinariamente complejo, no es sino producto de las interacciones sociales, al crearse y mantenerse relaciones sociales, generando capital social (Lin, 2001). Método (pasos): Interacción, relación, capital social, consenso y cambio estructural. En pocas palabras, solo acciones racionales nos conducirán a transformar estructuras sociales.
Lo que la dictadura venezolana ha hecho (25 años) no puede llamarse progreso (transformación de estructuras sociales), sino retroceso (destrucción). Hay que reconstruir, todo, pero con bases estructurales firmes y sin solidaridad eso es imposible. El basamento teórico lo encontraremos en la teoría del capital social, comenzando por la acción y la interacción hasta el surgimiento de nuevas estructuras sociales; es decir, una teoría de la acción de la sociedad, “para la formación y el desarrollo de instituciones sociales y organizaciones” (ibid.: 142). Es una teoría de la acción racional (motivaciones): minimizar la pérdida de recursos y maximizar la ganancia de recursos.
A fin de facilitar la comprensión de las reglas de interacción y la formación de grupos sociales primarios, en la argumentación teórica que privilegiamos la “racionalidad en la escogencia” está basada en el mantenimiento y el aumento de recursos, personales y sociales. Mientras que por una parte la teoría de la acción explica cómo los actores sociales afectan la estructura, por otra parte, la teoría estructural explica cómo la estructura afecta a los actores sociales. De esas dos teorías, la más controversial es indiscutiblemente la primera, como sostiene Lin, por cuanto es la acción y la interacción de las partes del sistema (actores sociales) la que determina “lo social”.
Las estructuras sociales, como se les entiende presentemente, representan cualquier forma de regularidad (resultante de la cristalización de relaciones interpersonales) o restricción impuesta por la vida social. Inclusive, Simmel y Durkheim coincidían (ocurría con poca frecuencia) en que la sociedad era la asociación de nuestras propias acciones. Por supuesto, Simmel se diferencia de su colega al enfatizar en cuanto a la “interacción dinámica entre el contenido de la asociación —nuestro deseo de entablar relaciones— y la forma estructural que puede surgir” (Martin, 2009: 2, nota 1). Siempre es posible comenzar a actuar. Sugerimos hacerlo ahora. Vamos de la mano de la ciencia. La investigación empírica nos señalará el camino; así lo creo, con toda honestidad.
La solidaridad entra en juego de manera recurrente, porque “aquellos con quienes formamos una comunidad afectan significativamente nuestras acciones” (Alexander, 1988: 317). De modo que, a la hora de elaborar un plan de acción que intente transformar las estructuras sociales de forma consensuada, debe existir el respaldo de grupos solidarios, ricos en capital social. De alta criticidad es el número de miembros (tamaño del grupo), su ubicación y delimitación geográfica (localización) y conformación (atributos de los actores sociales y diversidad de vínculos que los unan). Ninguno de estos aspectos significa limitación alguna, usando la Tecnología Social SAI.
Referencias:
Alexander, J. (1988). Action and its environments: Toward a new synthesis.
Lin, N. (2001). Social capital: A theory of social structure and action.
Martin, J. (2009). Social structures.
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