¿La Nueva Guerra Fría?

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José Félix Díaz Bermúdez

La llamada Guerra Fría ha significado para el mundo durante el siglo XX, con importantes consecuencias en el actual, un continuo y agitado proceso de tensiones generado principalmente por los EE.UU y la URSS durante las décadas posteriores a la capitulación de los Nazis terminada la Segunda Guerra Mundial.

La misma constituyó un proceso continuo de enfrentamiento entre los dos grandes bloques políticos con diferencias significativas en materia económica, social, militar y cultural: el occidente -al que pertenecemos- y el oriente asiático.

Aquel mundo bipolar diferenciado por la democracia y el comunismo, representaba modelos distintos de poder, relaciones internacionales, ejercicio de libertades y derechos, conceptualización de la sociedad y del individuo.

La existencia de armas nucleares en manos de los bloques ha sido al mismo tiempo un elemento de amenaza y disuasión. La posibilidad de utilizarlas generaría resultados catastróficos para el mundo y significaría el fin de nuestra civilización.

Absteniéndose las partes de una conflagración directa, lo han hecho sin embargo de manera distinta a través de los países (peones en un juego de ajedrez), estimulando y desarrollando conflictos locales de impredecibles efectos como lo fueron, entre otros, la guerra de Corea y la crisis de los misiles en Cuba. Estos últimos fueron retirados por la URSS como resultado de las acciones y negociaciones entre el recordado presidente J. F. Kennedy de los EE.UU y el líder de la URSS, Nikita Khrushchev.

La existencia de una insólita carrera armamentista implicó para muchas naciones no solamente un enfrentamiento militar sino el doloroso incremento de la pobreza, la postergación del desarrollo, el abandono de la educación.

América Latina fue víctima de la Guerra Fría lo cual se evidenció en diversos acontecimientos: golpes de Estado, movimientos subversivos, guerras locales y regionales. Igualmente, en otras latitudes, se evidenciaron graves conflictos como la guerra Angola, Vietnam y Afganistán.

La Guerra Fría tal y como fue propuesta y desarrollada en sus comienzos se trasformó y concluyó. La integración y el fortalecimiento de Europa; el Tratado de No Proliferación Nuclear; los acuerdos SALT; el surgimiento de reformas en el mundo comunista; la disolución de la URSS, entre otros trascendentales sucesos, determinaron el avance de Occidente y sus valores democráticos afirmándose además la conveniencia de procesos de distensión y la necesidad del surgimiento de un mundo multipolar.

Las guerras y conflictos del siglo XX por razones ideológicas, sociales, económicas y culturales deben representar una gran lección histórica y nos propone una fundamental interrogante para la humanidad: estimular y continuar una nueva modalidad de Guerra Fría, afectando la solución de los graves problemas actuales: la pobreza, el desempleo, la reactivación de la economía y el equilibrio ambiental o decidimos hacer parte de una sucesión de conflictos que favorezca a otros y afecte nuestras posibilidades futuras.

El mundo debe alcanzar un equilibrio; el mundo debe aprender a convivir; superar la miseria; hacer efectivo el desarrollo; reconocer los derechos humanos; asegurar la paz, la verdadera libertad y soberanía de los pueblos.

jfd599@gmail.com

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