Investidura Peligrosa

José Félix Díaz Bermúdez

En una Nación verdaderamente democrática sujeta a condiciones y compromisos esenciales contenidos en la Constitución y que reflejan su identidad, su integridad y sus valores como sociedad, no se puede ejercer el poder de cualquier forma y menos contradiciendo principios fundamentales que representan la base de un país.

El poder es un deber, una responsabilidad, un mandato que dimana de una elección social y política pero que también señala el orden jurídico que expresa la naturaleza del Estado, su sentido y sus obligaciones, el orden general para asegurar sus libertades, sus intereses superiores, su respetabilidad y cohesión.

Nos preocupa en este momento la realidad de España, la encrucijada en que se encuentra, ante el resultado de un proceso electoral complejo en el cual el Partido Popular (PP) ha obtenido la mayoría de los votos, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el gobierno y que preside Pedro Sánchez, ha perdido a nivel nacional pero también a nivel municipal, recientemente. Sin embargo, por sí solo y con sus aliados, el partido PP no alcanza los escaños mínimos en el Congreso para ejercer el poder en esa monarquía parlamentaria.

En esta delicada situación y ante la posibilidad de que el PSOE para investir a su derrotado candidato haga pactos con grupos separatistas acusados de terrorismo y de otros delitos, constituye una preocupante alternativa en virtud de la conducta de tales dirigentes procesados y sancionados por los tribunales del país, y cuyos efectos puede comprometer la estabilidad institucional y democrática, la integridad territorial y el sentido de convivencia nacional.

De acuerdo a sus principios, el PP está obligado a defender: “su compromiso y adhesión al modelo constitucional que articula la unidad y pluralidad de España” y también, por su parte, el histórico PSOE, ha declarado en diversos momentos ser un: “partido constitucionalista” que renunció a la vieja ideología de la: “destrucción del Estado”, al marxismo, al radicalismo, y ha jurado sostener en diversos gobiernos el sistema político vigente.

La actual Constitución: “se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española” (art. 2). Igualmente, el derecho-deber de defender al país (art. 30), impone respetar la soberanía, organización, independencia, integridad territorial, entre otros mandatos.

La eventual investidura de Pedro Sánchez en estos términos, resultaría contradictoria e implicaría desnaturalizar los valores primarios de la sociedad española, el sentido de su democracia y los equilibrios institucionales que le han permitido vivir en paz en los últimos años.

jfd599@gmail.com

Imágenes: Diario de Málaga; Diuna FM; e-N; es.ara.cat; Asociación de Militares Españoles.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. Pedro López Galván

    buenos días, Amigo José Félix, interesante articulo y aceptada conclusión del tema, ojalá.el.resto de las democracias europeas intervengan, y salven al pueblo español del caos

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