La digitalización es irreversible, y está claro para todos que debido al Covid 19 tuvimos que pisar fuerte el acelerador para seguir funcionando como civilización. Hoy fue la pandemia, mañana podría ser una recesión económica global o peor aún, una Guerra Mundial. Lo cierto es que ya no vivimos como hace 10 años, estamos inmersos en un entorno Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo (V.I.C.A) usando el concepto definido por el Sociólogo Zygmunt Bauman.
El sector educativo es un claro ejemplo; colegios, institutos y universidades han tenido que implantar a toda velocidad plataformas virtuales para organizar videoconferencias diarias con los alumnos para cumplir con el calendario académico. También, muchas compañías y organizaciones se han visto obligadas a implementar con rapidez procesos de digitalización que les permite seguir operando y generar bienes y servicios, en esta nueva realidad la tecnología es fundamental y la estamos comprobando a diario desde nuestros hogares. Sin embargo, se nos está abriendo nuevas puertas hacia una industria y sociedad más avanzada, la llamada 5.0. Este modelo de sociedad e industria ya anticipado por Japón, se basa en dos aspectos: la acumulación de datos masivos en tiempo real y la cultura Monozukuri de excelencia y hábitos de Lean manufacturing. Diferente es el caso de Latinoamérica, clasificado en el ranking mundial dentro de las economías de segundo nivel, aunque países con economías y mercados emergentes como Brasil y México están bien avanzados en materia digital.
La Digitalización masiva es indetenible, y el gran reto lo tienen las organizaciones, deberán implementar y sacar provecho de las tecnologías emergentes que ya están transformando el mundo. La inteligencia artificial, el big data, el cloud, el Internet de las cosas IoT o el 5G. Avanzarán más rápido las sociedades que tengan visión, conocimiento y capacidad para innovar y adaptarse
