Conectivismo, capital social y soluciones por consenso

Una nueva teoría del aprendizaje, que considera el mundo tecnológico (digital) y en redes en el cual vivimos, conocida con el nombre de conectivismo (Downes, 2019), estudia el conocimiento,  producto de las interacciones en un grupo. Algunos teóricos, la ubican entre las tradicionales corrientes pedagógicas del conductismo de John Watson (según la cual, el alumno responde al estímulo) y el constructivismo de Jean Piaget (donde el alumno, activo en su propio aprendizaje, crea conocimiento al interactuar con el medio). El conectivismo entiende el conocimiento como una red y el aprendizaje como un proceso de reconocimiento de patrones (Siemens, 2006), por  lo que podría considerársele como un “constructivismo distribuido” (creado por varias personas).

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En la búsqueda de la resolución consensuada a problemas de acción colectiva (dilema social), se requiere tener creatividad colectiva; y, además, ser capaces de construir un stock de capital social, lo suficientemente diverso que permita alcanzar la mayor cantidad posible de consensos, entre las “redes de redes” (movimiento social). Contamos para ello con el Método del Consenso Sistémico (Paulus et al., 2009). Estos tres elementos son interdependientes: Aprendizaje en red (conectivismo), cohesión interna (capital social de muy alta calidad) y soluciones por consensos.

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Los actores colectivos no deben entrar en competencia entre ellos mismos; por el contrario, han de trabajar juntos en la búsqueda de objetivos comunes, de manera organizada (estructura en redes) y coordinada, para solucionar el conflicto social. Para ilustrar, cabe mencionar el caso de la oposición democrática venezolana, incapaz de organizarse y articularse como resistencia civil (Movimiento Social por la Libertad de Venezuela), por falta de cohesión interna y consensos que le permitan lograr sus objetivos. Además, no se debería esperar hasta conquistar la libertad en Venezuela, para empezar a repensar las instituciones que habremos de reconstruir. Ese es un proceso formador de capital social que debemos aprovechar, porque existe mucho talento venezolano, dentro y fuera del país, que quiere aportar y debe ser convocado organizadamente.

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El reto para los organizadores es lograr cumplir con el prerrequisito de igualdad en términos de información a disposición de los actores colectivos, permitiéndoles alcanzar consensos; para lo cual el auxilio tecnológico es indispensable y la Tecnología Social SAI es una opción. No existe otra manera; revisemos la literatura para convencernos, si hay alguna duda. El conectivismo se basa en la necesidad de crear tantas  conexiones como sea estratégicamente conveniente para que se genere conocimiento en la red y pueda compartirse entre actores sociales (aprendizaje).

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La significación de la tormenta de ideas en el surgimiento de diversas propuestas, para la acción colectiva, es otro elemento a considerar. Estos han de ser procesos eficientes, a ser realizados en la red. Nuevamente, surge la necesidad imperiosa de contar con herramientas apropiadas, tales como la Tecnología Social SAI, para construir esas redes y garantizar su “navegabilidad”, permitiéndoles a los actores colectivos ubicar la información requerida, en todo momento. Este es un esquema que garantiza el aprendizaje a través de conexiones, más que individualmente. En conclusión, en la era digital, es un error concebir movimientos sociales sin el debido soporte tecnológico; sobremanera cuando el régimen que se combate está dotado de ese componente.

Referencias:

Downes, S. (2019). Recent work in connectivism.

Paulus, G. et al. (2009). Systemisches konsensierin.
Siemens, G. (2006). Knowing knowledge.

Para descargar la versión más actualizada del libro completo (incluyendo todas las columnas publicadas a la fecha), haga clic en el siguiente enlace: Capital Social, José María Rodríguez, PhD. Además, para una introducción al tema, recomendamos ver el video CAPITAL SOCIAL: https://youtu.be/gRXjjZkCrzo.

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