Venezuela post-petrolera

Ahora Venezuela debe definir con prioridad y certeza un sector con perspectivas reales para sustituir estratégica y productivamente al petróleo. En la actualidad carecemos de un orgánico plan económico y social con miras al próximo futuro post-petrolero 

Observando la evolución mundial como consecuencia del acelerado cambio climático; la crisis de la energía en Europa como consecuencia de las acciones de Rusia contra Ucrania; la dependencia de algunos mercados que han mantenido y pueden incrementar la producción; las dificultades que tiene Venezuela en cuanto a la actividad y resultados de su Industria Petrolera que nos relega ante otros países con los cuales en el pasado competimos; las limitaciones que por décadas se observa en otros sectores de la industria; la ausencia de inversión privada y de atracción de nuestro país como un destino seguro y rentable del capital internacional; debemos pensar de manera absolutamente objetiva y con las miras puestas en los supremos intereses actuales y futuros de la patria, sí realmente nos estamos preparando para el escenario inevitable de la llegada de la Venezuela post-petrolera.

Estudiaba recientemente los análisis del gran economista que fue Alberto Adriani quien desde el comienzo de nuestra prosperidad petrolera advirtió su temporalidad y la necesidad de que la agricultura fuese la base productiva de la Nación.

En distintos momentos evaluaba el significado y cumplimiento de los llamados Planes de la Nación que tuvimos durante el siglo XX desde 1960 y hasta 1995. En común los mismos se inspiraban en la diversificación productiva nacional; el uso racional de los ingresos petroleros; alcanzar la distribución equitativa de la riqueza nacional; la mejora de los nivel de ingresos y de vida de la población; la existencia de planes alimentarios e industriales en áreas paralelas a la meramente petrolera.

Desde el Primer Plan se concibió la necesidad de diversificar y “venezolanizar” la producción nacional. La influencia determinante del ingreso petrolero y la necesidad de que al mismo tiempo se alcanzara en otras áreas un proceso de industrialización, fue un modelo que el país se propuso y que relativamente alcanzó en algunas áreas durante la bonanza.

Siendo un país esencialmente minero era conveniente que los sectores manufacturero, agrícola y de servicios entre otros, se afianzaran. Entre ellos éste último sí lo logró entre los años 70 y 80.

Ahora Venezuela debe definir con prioridad y certeza un sector con perspectivas reales para sustituir estratégica y productivamente al petróleo. En la actualidad carecemos de un orgánico plan económico y social con miras al próximo futuro post-petrolero.

El objetivo constitucional del “desarrollo armónico de la economía nacional” está vigente y debemos definir un modelo de desarrollo sostenible basado en nuestros recursos y potencialidad como país.

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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Florencia Cordero

    Excelente artículo. Ahora como venezolanos nuestro gran reto está en como volvemos nuevamente a retomar el rumbo que nos conduzca a ese «desarrollo armónico de la economía nacional»

    1. José Félix Díaz Bermúdez

      Muy cierto, muchas gracias.

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