La física del mar profundo

Luis Felipe Blanco Iturbe

Después de tener a la humanidad reflexiva en vilo por 4 días , los navegantes del arca perdida han encontrado su destino y han pagado con su vida : Se han unido al elenco de celebridades. Allí en un inverosímil camposanto que guarda la memoria de Sir Edward Smith—el heroico Capitán—, y lo más notable de la aristocracia de la Belle Epoque: los Guggenheim, John Jacob Astor, los Strauss de Macy´ s, han dado pie a una inimaginable continuidad de la leyenda. El más popular Totem del siglo XX- El Titanic, de donde salió su nombre.

Titanic Foto Choose Washington

Abrupto epílogo en la historia del Desafío. (Mi hija lo definió al instante: “una extravaganza mal planificada de un tipo que consideraba que las regulaciones solo iban en contra de la “Innovación)” : Lo arrogante. Le viene del “Inhundible”, porque ¿cuál fue la razón para que el coloso de la White Star saliera a comerse el Atlántico sin suficientes botes salvavidas? Ese predicamento lo hermana en una religión emergente desde el siglo XX: La teocracia de la Tecnología .

Imagen Titanic Fox Bussines

Según los epígonos de esta aventura, las restricciones que se opongan son, sencillamente, “Los Enemigos de la Innovación”.

Hay un sistema monetario nuevo, se establece que 250 000 dólares es el precio de cualquier acercamiento a lo ignoto. Sea al espacio sideral como a las simas abisales del océano. Así está establecido por los vanguardistas de los espacios desconocidos.

Imagen del Titanic, La Sexta

En una mañana dominical eterna que transcurre en la más venerada de las profundidades marinas , cuatro días para el humano bípedo corriente , y para los intrépidos solo unas pocas horas. Días que poblaron nuestra imaginación con infames pavuras, oscilando entre la angustia de no ser rescatados y la agonía del fin del oxígeno, hasta lo que se resolvió en muy poco tiempo .El mismo día de la histórica inmersión. Apretujados en un globo hermético sobre el que caían 300 atmósferas, algo así como 4000 libras por centímetro cuadrado, o sea tener un hipopótamo de 1000 kg en cada área de un cm2 de superficie corporal.

El Mar, imagen Ecoticias

Y sucedió como a esos globos con que los niños juegan y que al rozar una espina explotan con tanta como inocua sonoridad. El espía del futuro llegó a los despojos de muerte de un ancestro que lo esparaba hace 111 años-—y vaya si hay un número más cabalístico que ese— y tal vez sólo una saliente astilla herrumbrosa y carcomida del casco , una fantasmagoría de su encuentro con el quimérico iceberg , tocó al cachorro de submarino y le abrió una pequeña muesca, que en un milisegundo causaría explosión y la pulverización de todo. A que la muerte fuera breve, casi imperceptible, y a que los audaces aventureros pasaran de una forma corporal a ser plankton para las desconocidas criaturas del abismo.

Imagen principal. Nat. Geo. Magazine

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Esta entrada tiene 7 comentarios

  1. José Félix Díaz Bermúdez

    Excelente trabajo, oportuno para meditar sobre la aventura y la arrogancia del hombre.

    1. José Félix Díaz Bermúdez

      Muchas gracias, aguda observación, hasta donde nos lleva la arrogancia y la ambición. Un abrazo.

  2. Beatriz Sanchez

    Excelente manera de describir lo ocurrido y el sentir de muchos con esta tragedia. Algo incomprensible!

  3. Yenny nottaro

    Agradecida por su excelente y sucinta explicación, el ego, la imprudencia y a su vez la inocencia de creer que lo inefable y profundo está solo en la materia.

  4. Ivan

    Gran reflexión, al igual que en la época del Titanic la humanidad está en el umbral de grandes cambios innovadores , pero se deben moldear con humildad …gracias por el articulo

  5. Florencia Cordero

    Excelente artículo de dos historias de vidas perdidas en dónde lo irreverente de la creencia de lo infalible demuestra que la vulnerabilidad siempre está presente.

    Una creencia de la imposibilidad de hundimiento por la majestuosidad y la otra historia de que a pesar de mucha innovación y tecnología también ella nos puede hacer sucumbir.

    Ambas historias con un mismo final pasando factura a los egos, la arrogancia y a la fragilidad humana

  6. Marisela Galindo

    Lo mejor que he leído sobre este histórico suceso.

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