José Félix Díaz Bermúdez
El Universal, 18 de julio de 2021
Homenaje al presidente Sixto Durán Ballén. Con fotos familiares inéditas del ilustre ex presidente ecuatoriano gesto que agradecemos a su hija Alicia Durán Ballén.
El Ecuador ha sido un país de hombres ilustres. La tierra de Montalvo donde se rinde culto a la memoria ejemplar del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, la tierra que alberga sus cenizas en la Catedral Metropolitana de Quito, celebra el centenario del nacimiento del ex Presidente Sixto Durán Ballén.
Durante los actos del bicentenario del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho, del cual soy biógrafo con mi libro: “Sucre Gran Mariscal de América”, obra premiada por la Universidad Central de Venezuela en 1995, tuve el gusto de conocer entre los presidentes que asistieron y honraban a nombre de sus pueblos a Sucre, en la histórica Cumaná, a don Sixto Durán Ballén.
Recuerdo gratamente su presencia serena y distinguida al momento de acudir ante el pueblo de la histórica ciudad oriental venezolana y la forma como el mismo le extendió su reconocimiento y amistad en un momento difícil para el Ecuador con motivo del conflicto armado con Perú, naciones hermanas entonces en discordia. Al acto, Alberto Fujimori, entonces presidente de ese último citado país, no acudió pero sí envió a su representante.
Durán Ballén, arquitecto, hijo de padres ecuatorianos, nació en Boston, Estados Unidos el 14 de julio de 1921. Inició sus estudios en el Colegio La Salle en Guayaquil y luego continuó su formación en el Colegio San Gabriel en Quito. Su grado profesional lo obtuvo en el Stevens Institute of Technology e, igualmente, en la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
Fue un hombre culto, conocedor dedicado a la divulgación de la música clásica con programa de radio en la materia para instruir a la gente de su país. De la misma manera, como ciudadano y como político fue también Sixto Durán Ballén un hombre respetable, un verdadero demócrata, un gobernante serio, juicioso y honesto.
Alcalde de Quito en 1970, una de las ciudades coloniales más admirables de América Latina y del mundo, dejó huella de buen trabajo y probidad. Fue funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo y llegó a ser Ministro de Obras Públicas en el gobierno del presidente Camilo Ponce.
Vivió un tiempo en Venezuela país fraterno que le recibió y donde nació una de sus hijas, tal y como me lo apuntaba recientemente su muy apreciable hija Alicia.
El presidente Durán Ballén estuvo vinculado con el partido Social Cristiano pero fue fundador de Unión Republicana.
Se recuerda un gesto suyo que denota su elevada condición como demócrata: prefirió continuar como candidato en una elección popular en la cual no resultaría triunfador para que su contendor Jaime Roldós pudiera con plenas garantías retornar y desarrollar su vida personal y política en el Ecuador.
Tuvo otras evidentes muestras de corrección moral y política, entre ellas, haberle retirado su apoyo al Vicepresidente Dahik cuando fue acusado de corrupción y al haberse deslindado de una de sus nietas por haber obtenido un préstamo de la Corporación Financiera Nacional durante su gobierno.
Un patriótico sitial ocupa Durán Ballén en la historia del Ecuador en el difícil momento de la guerra de Cenepa con Perú. Fue un factor de unidad nacional y de respeto a la dignidad del Ecuador que resultó victorioso en el conflicto.
En este tiempo de gobernantes insultantes, arbitrarios y anodinos, de gobernantes populistas y sin compromisos éticos, sin profundas virtudes humanas y políticas, gobernantes que no conducen a América Latina hacia el bienestar y el progreso, la memoria de Sixto Durán Ballén surge ante nosotros los que creemos en la democracia, en el deber y en el derecho ser regidos por gobernantes que cumplan cabalmente sus responsabilidades.
Sixto Durán Ballén fue un meritorio ciudadano y presidente que bien puede recordar el pueblo ecuatoriano y latinoamericano en esta terrible hora menguada, según la sabia expresión de otro gran hombre de América como lo fue nuestro estadista y escritor don Rómulo Gallegos.
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Esta entrada tiene 2 comentarios
Buenas tardes, querido amigo José Félix.
Comparto plenamente lo expresado sobre Don Sixto Durán Ballén. Tuve el honor de conocerlo en Quito, en 1994, año previo a la celebración del Bicentenario del Nacimiento del Mariscal Sucre, siendo Presidente de Ecuador, cuando lo visité en compañía de mi hermano Sergio y de nuestro muy apreciado amigo ecuatoriano Gonzalo Valarezo Luna. Me llevé de él la mejor de las impresiones por su gran calidad humana, su humildad y sus dotes de estadista. Recuerdo que lo trataba de “Presidente” y me dijo: llámeme “Sixto”. Le respondí que le agradecía mucho pero que mi respeto hacia su persona era tal que me era imposible llamarlo por su nombre.
Posteriormente, tuvimos la oportunidad de estar con él nuevamente en Cumaná con motivo de la celebración del mencionado Bicentenario. Guardo con mucho cariño valiosos recuerdos fotográficos de ambos encuentros. Lo más importante es la admiración y aprecio que conservamos de su persona.
Afectuoso abrazo.
Excelente experiencia Jorge. Grandes personajes juntos alrededor de la noble figura de Sucre.