La Magia de la Misa en Belén

José Félix Díaz Bermúdez

Una tradición secular de la vida cristiana es la misa en la Basílica de la Natividad en Belén. Celebrada hoy 25 de diciembre en el propio lugar donde nació Jesús, está cargada de un simbolismo extraordinario que supera todo lo imaginable.

En el año 529 el emperador Justiniano luego de la identificación del lugar en tierra santa, mandó a construir el admirable templo. Su disposición arquitectónica tiene una disposición extraordinaria, con la forma de una cruz latina ese eleva sobre 44 columnas de piedra rosada caliza. Están organizadas en la misma un total de 4 filas.

En templo está en lo alto cruzado de arcos en su bóvedas, con techos blancos a todo lo largo de la nave central, En el centro un gran órgano y, en lo alto, un vitral del nacimiento enmarcado de la forma de una estrella de plata con una significativa inscripción: Hic de Virgine Maria Iesus Christus natus est. Llama la atención que no tiene el acabado lujoso de otros templos. De ella dimana una claridad y una sencillez extraordinaria tal y como fue el nacimiento de Jesús.

En las afueras la estructura del templo en su piedra original es de forma rectangular. En ella hay una sola torre en forma puntiagudo en la cual termina una cruz. Lo rodea una gran explanada por varios de sus lados. Buena parte de las paredes del edificio datan de la época de los cruzados.

Los siglos están allí consolidados. Habiendo nacido Jesús en un pesebre, en el lugar que se considera el sitio exacto del alumbramiento es venerado por todos los que pasan.

No abundan sus imágenes. En las paredes están algunas escenas del nacimiento del señor. Indudablemente es uno de los sitios más sagrados de la humanidad y de la cristiandad.