José Félix Díaz Bermúdez
Llegó Hernán Cortés a Veracruz el 22 de abril de 1519 con ánimo de conquista, de dominio de una rica posesión a nombre del Rey de España, Carlos I.
Llegó al territorio que regían los mexicas, crueles contra sus enemigos que salieron al paso de los peninsulares para que luchasen contra ellos. No existía entre las tribus unidad y se enfrentaron muchas veces.
No fue apreciado Cortés siempre como un invasor. Se le asoció aunque algunos lo descartan como la representación de una divinidad.
Su avance fue una combinación de audacia, diplomacia, división de los indígenas, colaboración de muchos de ellos, las armas que portaban sus soldados, los caballos que los conducían.
Cortés no tomó solo a Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, iba con casi medio millar de hombres suyos y de miles de nativos.
La narración que el mismo hizo y uno de sus hombres también del momento histórico de la inicial entrada a la ciudad que vista más allá de los volcanes surgía junto a un lago, da noticias del hecho que apreciado bajo la óptica española era mucho decir: “que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís” (Bernal Díaz del Castillo).
Ninguna otra narración tan elocuente como la del propio Cortés: “no podré yo decir de cient partes una de las que dellas se podrían decir, mas como pudiere diré algunas cosas de las que vi que, aunque mal dichas, bien sé que serán de tanta admiración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros propios ojos las vemos no las podemos con el entendimiento comprehender”.
Es justo señalar que los tlaxcaltecas y otros aliados de los españoles jugaron un rol determinante en el resultado. La simple explicación de que fue únicamente un acto de fuerza española -la cultura mala contra la cultura buena- válida para un básico discurso político, no es el análisis del historiador que observa la débil organización política de México-Tenochtilan.
Hernán Cortés sitió la ciudad, el hambre y la sed, la captura de Cuauhtémoc, los suyos y miles de indígenas hicieron caer a los mexicas.
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También: https://www.eluniversal.com/el-universal/104470/tenochtitlan-500-anos
Imagen: Mural Diego Rivera, Batalla de Technostitlan (arthipo.com)
