José Félix Díaz Bermúdez
Hay momentos extraordinarios en la historia cuando las naciones ven cumplidos sus ideales, sus propósitos, sus sueños, sus convicciones morales, religiosas; momentos en los cuales su fe se acrecienta cuando se manifiesta en nuestras vidas la grandeza de Dios que está por encima, para los que en él creemos, de cualquier poder humano, siempre limitado y transitorio y que nunca sobre sus dictados puede prevalecer.
(José Gregorio en la época de su gradución como médico)

Venezuela está en uno de esos momentos de reconocimiento nacional en ocasión a la declaración de santidad del doctor José Gregorio Hernández, luego de tantos años, luego de tantos intentos en el largo proceso de nuestra Iglesia Católica que, en definitiva, pudo comprobar los milagros; la firmeza de la fe; la singularidad de las virtudes; la existencia de un sentimiento profundo a favor del médico ejemplar cuya obra de servicio a los necesitados de su tiempo fue ejemplar, realizando con abnegación cristiana su tarea que manifestó constante y generosa en pro de los humildes.
Al mismo tiempo, como gracia excepcional, otra santa nuestra cuya causa es más reciente llega también a los altares católicos: una mujer sencilla, cordial, laboriosa, entregada a la labor educativa de la Iglesia, a la tarea cotidiana de formar y de amar a Dios y testimoniarlo en su actuar silencioso y constante: la hermana Carmen Rendiles Martínez.
(Carmen Rendiles Martínez en su juventud)

Merecía Venezuela ambas alegrías, ambas bendiciones, luego de tantos sinsabores y males, luego de tantas solicitudes porque el señor es generoso y no se olvida de su pueblo.
José Gregorio Hernández fue un científico admirable, un hombre de elevado intelecto, un hombre culto, un escritor y un filósofo, sin contradicciones en cuanto a la firmeza de su fe que nunca apartada frente a sus conocimientos humanos, ya que por encima de ellos la gracia de Dios está presente y se realiza en todas las cosas.
Esa extraordinaria coherencia entre el hombre sabio y el hombre espiritual y religioso se manifestó constantemente en su vida, y testimonio escrito de ello se contiene en su libro “Elementos de Filosofía”, en el cual el científico que analiza la conducta humana, encontró fundamento a la santidad como un acto de Dios y de seres excepcionales sin saber que un día le correspondería a él.
José Gregorio Hernández comprendió las razones científicas y descubrió las verdades de Dios. En la obra explicaba con acierto los: “fenómenos psicológicos” y, al mismo tiempo, con profundidad extraordinaria, el misticismo santo.
(Santa Teresa de Jesús)

Al explicar los hechos de Santa Teresa de Jesús señaló que: “… practicó en grado heroico todas las virtudes”, y que al momento de su sagrado éxtasis, ajeno a cualquier enfermedad, explicaba que los testigos: “se sentían sobrecogidos de respeto y de admiración, al ver la serenidad y el embellecimiento de todas sus facciones, y el recogimiento y la modestia de toda su persona”, inspirada por un hecho sobrenatural que se le evidenciaba y que al salir del mismo, apuntaba Hernández: “… la santa tomaba la pluma; y la que antes era tan ajena a toda literatura, ahora producía sus incomparables escritos, con los cuales se reveló al mundo maestra sin igual en Teología Mística, historiadora eminente, eximia poetisa; con una filosofía tan elevada y original como su teología, modelo en el arte del bien decir, llena de donaire y elegancia y con una gracia tan fina y espiritual, que, desde hace cuatrocientos años, forma las delicias de los que la leen; por estas tan excelsas dotes la Santa Iglesia Católica la ha aclamado Doctora Mística”.
Así como le ocurrió a Santa Teresa de Jesús, el doctor José Gregorio Hernández, realizó en su texto la lista de otros más que lograron tener en la historia de la Iglesia similar manifestación.
(Elementos de Filosofía)

Luce en ese libro además del científico eminente, el elegante escritor, así como el humanista que supo describir y encontrar la verdad racional pero, por encima de ella, la verdad divina y al respecto señaló: “Las verdades de sentido común son: la existencia del mundo exterior; la realidad de la percepción de él; la existencia de la libertad humana; la existencia del deber; la existencia de Dios”.
En su análisis filosófico, José Gregorio trazó certeramente la línea entre el hombre y lo divino. Para él: “…a inteligencia del hombre es limitada, y que con frecuencia toma la verdad por error y el error por verdad”. En cambio: “Luego Dios, Ser infinitamente perfecto, ha debido forzosamente dejar al hombre una guía infalible que le enseñe el verdadero саmino para alcanzar su último fin”.
(El Universal, fallecimiento de José Gregorio Hernández)

Qué elevado fue igualmente el intelecto de nuestro santo al encontrar también en su persona las resaltantes cualidades del escritor que se advierte, entre otros, en su texto “Los Maitines”, narración de contenido religioso, y en el cual se describe que: “La tierra y los astros continúan su incesante revolución en el espacio. Los hombres duermen o corren al placer por el ancho mundo. Las aves nocturnas ensayan su dulce canto. En el coro el oficio divino se sigue desarrollando en toda su belleza; pidiéndose en él la misericordia y el perdón para los malos y para los buenos para los que gozan y para los que sufren, principalmente para los dichosos, porque a los que son desgraciados les sirve de crisol el sañudo dolor”.
En la validación de esos apreciables méritos narrativos de José Gregorio, el ilustre escritor venezolano don Mario Briceño Iragorry expresó lo siguiente: “La página que publicamos de Hernández indica una pluma hábil, de dotes literarios no comunes, y bastaría por sí sola a consagrar una reputación”.
(Hermanos Rodríguez Llamozas familiares de santa Carmen Rendiles Martínez)

Por otra parte, sobre la madre Carmen, acerca de la cual he escrito: “Carmen Rendiles, Beata Venezolana”, “Beata de María” (El Universal, 2018); “Carmen Rendiles, de Beata a Santa” (El Universal, 2025), y en este último la referencia sobre la familiaridad con los Rodríguez Llamozas, exaltamos maravillosamente su bondad, su carácter, su constancia, su alegría y determinación hacia la gente, su invariable y absoluta entrega a Dios, a Jesús, a María, su obra en favor de la educación cristiana que es la base de todo.
Nuestros primeros santos, José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, nos bendicen, nos acompañan, nos inspiran en esta hora singular e intercederán por el bien de la patria y de sus hijos, la patria y sus hijos en ella y en otras latitudes en este día histórico en presencia del mundo, cuando se les exalta a los altares católicos por sus extraordinarias cualidades cristianas, por sus milagros al servicio de los hombres, de Venezuela en nombre de Dios.
Madeleyn Díaz Machado, Roma 19-10-2025, acto de canonización de JGH y CRM)







Esta entrada tiene 2 comentarios
Me encanta ver esas fotografías de nuestros santos.. y me ha gustado tu obra.. gracias amigo
Un fuerte abrazo Indirath, siempre te recuerdo con cariño.